"La educación de una persona influye en su personalidad.
El gobierno controla la educación, por lo tanto, el gobierno influye en la personalidad."
El 80% de todo lo que aprende una persona a lo largo de su vida, se
hace desde antes de cumplir los cinco años de edad, según afirma Richard Gerver, en una entrevista con Eduard Punset (revista Redes, nº15).
En España, a tenor de la ley que rige el sistema de educación actual Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación,
la educación primaria (de los 0 a los 5 años) no es obligatoria. Y
tampoco es obligatoria una educación adecuada por parte de los padres.
Lo que significa, que los momentos más importantes desde una perspectiva
educativa, están sin controlar, a merced de las circunstancias que
rodean a cada niño en particular.
La influencia que la educación nacional, regional, municipal o
específica de cada centro educativo aporta, hoy por hoy, es insuficiente
para educar a nuestros niños en un contexto que fomente los valores,
que como sabe cualquier persona inteligente, son necesarios para ser
integrados en una sociedad muy previsible, si hablamos en estos
términos.
Hoy en día, una persona con formación media, cualquier ciudadano
preocupado por su entorno, entiende e identifica lo que está pasando, y
descubre que el sistema educativo actual está obsoleto.
Hay muchas voces anónimas, pero inteligentes, que piden a gritos, y
discretamente, que los gobiernos reaccionen de forma adecuada,
utilizando los recursos que un país desarrollado tiene en sus dominios.
El gobierno es responsable de la educación de los niños
Somos responsables morales, y legales, de los actos de nuestros hijos
menores. La personalidad está, inevitablemente, determinada por la
educación, por lo tanto, el gobierno es responsable de una parte de la
personalidad de sus menores.
Es necesario un sistema en el que el gobierno haga una evaluación
constante, y por qué no vitalicia, de cada persona para tomar
consciencia y corregir dicho sistema educativo.
Se puede educar para crear ciudadanos filosóficos, para crear
consumismo, para crear una población sumamente violenta o intolerante...
se puede crear casi cualquier tipo de población, con unas pocas
generaciones de paso.
Obviamente, y esta es una potencial aplicación, se puede crear una
población con valores altruistas y coherentes con la naturaleza,
coherentes con nuestras raíces animales, coherentes con nuestras raíces
culturales y coherentes con la internacionalización cultural de nuestros
días.
Sabemos tanto de psicología, medicina, pedagogía, sociología,
informática, etcétera, etcétera, que tenemos la capacidad de crear un
recurso, un sistema, para educar adecuadamente, en nuestra sociedad, a
nuestros niños y futuros ciudadanos.
Debemos dejar de lado, o en un plano muy secundario, el amplio debate
de soluciones, críticas y demás menciones poco constructivas sobre el
actual sistema. En sí mismo, el sistema actual es pobre en resultados y
nos obliga a estar pagando un precio demasiado alto: el fracaso. No ya
académico, sino puntualmente personal y colectivo.
Los padres, responsables de los actos de sus hijos
Podemos gastar nuestras energías en aportar opiniones constructivas,
inteligentes y también consensuar, en vez de gastarlas en criticar
negativamente y parchear unos hechos y un sistema, que de por sí, es
insuficiente en planteamiento, y pobre en resultados; del cual, todos
los ciudadanos somos responsables a causa de no reaccionar adecuadamente
para resolver esta coyuntura.
Siendo exigente y, quizás demasiado autocrítico con nuestra propia
sociedad, debemos tener el comportamiento necesario para crear un
sistema educativo que integre la educación de los padres a la educación
del gobierno.
Esto es imposible, sin pasar a la acción. Sin involucrarse en el
proyecto, sin darse cuenta de que es nuestra actitud, como ciudadanos y
padres, la que va a determinar, siempre, el fracaso de la educación
española en conjunto.
Tenemos que aprender a educar,
casi obligatoriamente, por el hecho de ser padres o madres. Debemos
interactuar con el gobierno, siguiendo las pautas de sus expertos
innovadores, creativos y responsables. Siempre y cuando, elijamos al
gobierno adecuado.
Reinventar y participar en un nuevo sistema educativo
En el más que ambicioso el proyecto de la UNESCO, "Educación para un futuro sostenible", el célebre experto en la materia, Edgar Morin, pone de manifiesto a través de la publicación Los siete saberes necesarios en la educación del futuro, la necesidad de adaptar los sistemas educativos actuales, de modo que tengan presentes los siguientes siete conceptos básicos:
- Sentido común.
- Importancia de la globalización.
- Mostrar la naturaleza animal del hombre.
- Acercar la historia y evolución de la humanidad.
- Prepararse para las inevitables incertidumbres.
- Profundizar en la comprensión, y por ende, en la incomprensión, cuna de la violencia.
- Necesidad de una ética, que enseñe el respeto a lo que somos como especie.
Como
principal conclusión, se puede observar un inconformismo general de
voces expertas hacia el actual sistema, y por lo tanto, un arrebato de
ideas y propuestas en son de adaptar la educación global, el sistema
educativo, para conseguir una meta un tanto difusa, pero orientada a
utilizar la educación como mecanismo para formar personalidades cuya
falta de experiencia en la vida, no destruya la posibilidad de ser
felices, sino que se pueda enseñar a estar preparados para las
circunstancias reales del día a día.
Un ejemplo en acción
Existe en la actualidad una escuela infantil llamada Grange Primary School en el Reino Unido, que ha sido una referencia en cuanto a iniciativa e investigación en este campo.
Hoy intuimos que se puede hacer mucho más en la educación, mañana
seremos el resultado de las mentes más progresistas e innovadoras, y
lamentablemente, los intereses económicos que de esta preciada capacidad
se desprendan.