viernes, 4 de septiembre de 2015

Imaginemos que en España se aplica la política de sanidad de EE.UU., eso es el Tratado de Libre Comercio: Transformar las leyes europeas para que sean como las americanas.



Oscuro, clandestino, beneficioso para las multinacionales y perjudicial para la soberanía de los estados de la UE: así es como consideran varias fuerzas políticas y organizaciones sociales el polémico Tratado de Libre Comercio que Bruselas y Washington negocian desde mediados de 2013 para crear el mayor área libre de aranceles del mundo. O, como aseguran los más críticos con el acuerdo, para dar un paso más en la consolidación del modelo neoliberal imperante, en una zona comercial en la que los aranceles son ya muy bajos.
Podemos, Izquierda Unida y Equo cargaron el lunes contra la representación del Parlamento Europeo en Madrid, tras orquestar esta un seminario sobre el TTIP en el que sólo participaron representantes del PPE y de los socialistas europeos, y en la que el analista político de la Comisión Europea Jochen Müller, quitó hierro a las críticas sobre la opacidad de las negociaciones, o a los posibles efectos que tendrá sobre los estados la cláusula de protección de inversiones (ISDS) que permitirá a las multinacionales demandar a los estados en los que inviertan ante tribunales arbitrales, y no ante los tribunales nacionales, de considerar perjudicadas estas inversiones por cambios normativos introducidos por los gobiernos de estos países
Un encuentro que, a juicio de las tres fuerzas políticas, constituyó un acto de propaganda en el que conservadores y socialistas se dieron cita para defender el polémico acuerdo. En esta línea, también han coincidido en su crítica a los organizadores: "Lo que no quieren son voces discordantes, faltaban eurodiputados de los otros grupos", denuncia a Público Lola Sánchez, europarlamentaria de Podemos.
"Organizar un debate sobre el TTIP en el que sólo participen PP y PSOE es como jugar al juego de buscar las siete diferencias", apunta Marina Albiol, diputada de IU en la Eurocámara. "Realmente, su posición es tan parecida que hay que buscar y rascar mucho para encontrar alguna discrepancia", critica.
"Ha sido un acto de pura propaganda. Información no han dado, siempre se marea la perdiz con los mismos temas: será beneficioso, hará que crezca el PIB... siempre los mismos argumentos que ya han echado por tierra otros estudios", explica Sánchez.
"Todos pagamos el Europarlamento, todos tenemos derecho a estar aquí", apunta Florent Marcellesi, portavoz de Equo en la Eurocámara. Ni Albiol ni Sánchez estuvieron presentes este lunes en las jornadas celebradas en la sede de la Comisión Europea en Madrid, pero sí estuvo Marcellesi, que en el turno de palabra de ONGs, agentes sociales o representantes sindicales, resumió en un breve discurso los riesgos que las tres fuerzas aprecian en el TTIP: el peligro de que se rebajen los estándares de seguridad, los posibles cambios en la legislación laboral, el temor a que sirva para abrir la puerta al fracking, o el peligro de que las multinacionales puedan demandar a los estados por cifras millonarias.
Junto a Marcellesi intervinieron un representante de Adicae, otro de ATTAC, un miembro de Ecologistas en Acción y representantes sindicales, que unieron sus voces para criticar el tratado. La respuesta de la mesa a las críticas del político de Equo, que también denunció la falta de pluralidad que ponen de relieve Sánchez y Albiol, fue explicar que acostumbran a invitar a los dos miembros titulares de la Comisión oportuna: en este caso, la de Comercio Internacional, aunque el TTIP afecta a muchas más áreas, como Industria o Medioambiente.
Para Marcellesi, este argumento pretende esconder la escasa voluntad de las autoridades europeas por escuchar voces discordantes, aunque considera que la manera de proceder de la CE y el Europarlamento está en realidad beneficiando a los críticos con el TTIP: "Están reforzando el sentimiento popular de que algo se esconde, y cuanto más chulos se ponen más lo hacen, cuando les damos otros datos se ponen nerviosos. Hace dos semanas salió un informe del Gobal Institute alertando de que el TTIP podría destruir empleos: su respuesta es decir que no tenemos que creer lo que digan los informes, pero lo cierto es que no pueden desacreditar un estudio cuando el suyo lo interpretan como si fuera la Biblia", zanja.
Sánchez se une a la teoría del portavoz de Equo, y critica también a los socialistas europeos por anunciar este lunes que no quieren incluir la polémica cláusula de protección de inversiones. "Llegan tarde para defender esa postura, no sé a qué se debe ese cambio de posición. Puede que se deba a una estrategia para desmarcarse del PP y parecer diferentes, pero no les creo", apunta.
En la rueda de prensa celebrada este lunes, la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez Piñero ha pedido la creación de un estudio de impacto económico del TTIP en nuestro país, algo que hasta ahora no habían solicitado. Izquierda Plural planteó en mayo de este año al Congreso de los Diputados la creación de una comisión parlamentaria que estudiase los efectos del tratado, y la celebración de un referéndum al respecto, pero el PP hizo uso del rodillo de su mayoría absoluta y cerró esta puerta, como recuerda Albiol. "Ya se opusieron a celebrar un referéndum sobre el tratado. Que IU no esté representada en estas jornadas demuestra que no quieren una voz crítica, que sólo quieren dar voz a los que están a favor de un tratado que nos pone más si cabe a los pies de las multinacionales".
Tras el seminario, los representantes del PE en España han publicado las conclusiones de esta jornada, que se han comprometido a remitir a Bruselas. En esta ocasión, no han ocultado las críticas, y han presentado diez reflexiones en las que se aprecia la inquietud por la falta de transparencia en las negociaciones.
- Los asistentes a este seminario destacan la importancia de la transparencia de las negociaciones y el debate plural, y, especialmente, las organizaciones sindicales reclaman diálogo social. Se ha criticado el acceso limitado a la documentación de las negociaciones del tratado.
- Las instituciones europeas y la ciudadanía manifiestan su convicción de que la Unión Europea no debe renunciar a lo logrado durante decenios, y debe mantener sus estándares de seguridad, en materias tan sensibles como la seguridad alimentaria, medioambiental, los derechos laborales o en los servicios públicos.
- El debate pone de manifiesto que el mecanismo de resolución de conflictos (ISDS) es uno de los asuntos que más controversia y rechazo provocan, entre ellos el grupo socialista, los sindicatos y gran parte de la sociedad civil. Todavía no está decidida su inclusión definitiva en el tratado, a la espera de la consulta ciudadana, y, en cualquier caso, se propone un método nuevo que evite abusos por parte de las empresas y proteja la libertad de los Estados para legislar.
- Uno de los retos más importantes del TTIP es la armonización de las reglamentaciones para reducir las barreras burocráticas que encarecen y dificultan las exportaciones y las relaciones comerciales, especialmente para las PYME, y en sectores como el hortofrutícola y de componentes del automóvil.
- El sector agrícola manifiesta su preocupación por el riesgo del modelo social de agricultura que impera en Europa, y por la entrada de los organismos genéticamente modificados y otros productos alimentarios con hormonas, a pesar de que la Comisión Europea niega que vayan a cambiar las normas sobre seguridad alimentaria y medioambiental de la UE.
- Las organizaciones sindicales y el Parlamento Europeo coinciden en la importancia de que se respeten los derechos laborales y que Estados Unidos suscriba todos los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
- El sector del automóvil está unido en ambos lados del Atlántico a favor del tratado, que ve como una gran oportunidad.
- Representantes académicos y políticos piden la convocatoria de un referéndum en cada Estado de la Unión Europea para la ratificación del texto final del acuerdo.
- El futuro de los servicios públicos y su posible privatización es otra de las preocupaciones en el debate social, ante el que la Comisión Europea asegura que están plenamente protegidos.
- Los participantes en el seminario ponen de manifiesto los resultados de los distintos estudios sobre la repercusión del tratado, que van desde positivas perspectivas de crecimiento a conclusiones que alertan sobre pérdida de empleos.
- Algunos de los asistentes han criticado la falta de pluralidad de la mesa de ponentes, porque todos ellos están a favor del tratado, mientras que las instituciones europeas han aclarado que han sido invitados los miembros titulares de la comisión parlamentaria competente, así como la Comisión Europea y el Gobierno -en representación del Consejo-.

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