domingo, 12 de mayo de 2013

Reformar el sistema educativo. Un fracaso o una oportunidad

"La educación de una persona influye en su personalidad. El gobierno controla la educación, por lo tanto, el gobierno influye en la personalidad."
El 80% de todo lo que aprende una persona a lo largo de su vida, se hace desde antes de cumplir los cinco años de edad, según afirma Richard Gerver, en una entrevista con Eduard Punset (revista Redes, nº15).
En España, a tenor de la ley que rige el sistema de educación actual Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, la educación primaria (de los 0 a los 5 años) no es obligatoria. Y tampoco es obligatoria una educación adecuada por parte de los padres. Lo que significa, que los momentos más importantes desde una perspectiva educativa, están sin controlar, a merced de las circunstancias que rodean a cada niño en particular.
La influencia que la educación nacional, regional, municipal o específica de cada centro educativo aporta, hoy por hoy, es insuficiente para educar a nuestros niños en un contexto que fomente los valores, que como sabe cualquier persona inteligente, son necesarios para ser integrados en una sociedad muy previsible, si hablamos en estos términos.
Hoy en día, una persona con formación media, cualquier ciudadano preocupado por su entorno, entiende e identifica lo que está pasando, y descubre que el sistema educativo actual está obsoleto.
Hay muchas voces anónimas, pero inteligentes, que piden a gritos, y discretamente, que los gobiernos reaccionen de forma adecuada, utilizando los recursos que un país desarrollado tiene en sus dominios.

El gobierno es responsable de la educación de los niños

Somos responsables morales, y legales, de los actos de nuestros hijos menores. La personalidad está, inevitablemente, determinada por la educación, por lo tanto, el gobierno es responsable de una parte de la personalidad de sus menores.
Es necesario un sistema en el que el gobierno haga una evaluación constante, y por qué no vitalicia, de cada persona para tomar consciencia y corregir dicho sistema educativo.
Se puede educar para crear ciudadanos filosóficos, para crear consumismo, para crear una población sumamente violenta o intolerante... se puede crear casi cualquier tipo de población, con unas pocas generaciones de paso.
Obviamente, y esta es una potencial aplicación, se puede crear una población con valores altruistas y coherentes con la naturaleza, coherentes con nuestras raíces animales, coherentes con nuestras raíces culturales y coherentes con la internacionalización cultural de nuestros días.
Sabemos tanto de psicología, medicina, pedagogía, sociología, informática, etcétera, etcétera, que tenemos la capacidad de crear un recurso, un sistema, para educar adecuadamente, en nuestra sociedad, a nuestros niños y futuros ciudadanos.
Debemos dejar de lado, o en un plano muy secundario, el amplio debate de soluciones, críticas y demás menciones poco constructivas sobre el actual sistema. En sí mismo, el sistema actual es pobre en resultados y nos obliga a estar pagando un precio demasiado alto: el fracaso. No ya académico, sino puntualmente personal y colectivo.

Los padres, responsables de los actos de sus hijos

Podemos gastar nuestras energías en aportar opiniones constructivas, inteligentes y también consensuar, en vez de gastarlas en criticar negativamente y parchear unos hechos y un sistema, que de por sí, es insuficiente en planteamiento, y pobre en resultados; del cual, todos los ciudadanos somos responsables a causa de no reaccionar adecuadamente para resolver esta coyuntura.
Siendo exigente y, quizás demasiado autocrítico con nuestra propia sociedad, debemos tener el comportamiento necesario para crear un sistema educativo que integre la educación de los padres a la educación del gobierno.
Esto es imposible, sin pasar a la acción. Sin involucrarse en el proyecto, sin darse cuenta de que es nuestra actitud, como ciudadanos y padres, la que va a determinar, siempre, el fracaso de la educación española en conjunto.
Tenemos que aprender a educar, casi obligatoriamente, por el hecho de ser padres o madres. Debemos interactuar con el gobierno, siguiendo las pautas de sus expertos innovadores, creativos y responsables. Siempre y cuando, elijamos al gobierno adecuado.

Reinventar y participar en un nuevo sistema educativo


En el más que ambicioso el proyecto de la UNESCO, "Educación para un futuro sostenible", el célebre experto en la materia, Edgar Morin, pone de manifiesto a través de la publicación Los siete saberes necesarios en la educación del futuro, la necesidad de adaptar los sistemas educativos actuales, de modo que tengan presentes los siguientes siete conceptos básicos:
  1. Sentido común.
  2. Importancia de la globalización.
  3. Mostrar la naturaleza animal del hombre.
  4. Acercar la historia y evolución de la humanidad.
  5. Prepararse para las inevitables incertidumbres.
  6. Profundizar en la comprensión, y por ende, en la incomprensión, cuna de la violencia.
  7. Necesidad de una ética, que enseñe el respeto a lo que somos como especie.
Como principal conclusión, se puede observar un inconformismo general de voces expertas hacia el actual sistema, y por lo tanto, un arrebato de ideas y propuestas en son de adaptar la educación global, el sistema educativo, para conseguir una meta un tanto difusa, pero orientada a utilizar la educación como mecanismo para formar personalidades cuya falta de experiencia en la vida, no destruya la posibilidad de ser felices, sino que se pueda enseñar a estar preparados para las circunstancias reales del día a día.
 

Un ejemplo en acción


Existe en la actualidad una escuela infantil llamada Grange Primary School en el Reino Unido, que ha sido una referencia en cuanto a iniciativa e investigación en este campo.
Hoy intuimos que se puede hacer mucho más en la educación, mañana seremos el resultado de las mentes más progresistas e innovadoras, y lamentablemente, los intereses económicos que de esta preciada capacidad se desprendan.